Roxana Martínez vive a pocos metros del vertedero y cuenta que a diario ve hurgar entre la basura a más de 80 personas, la mayoría niños y adolescentes
Barcelona.- La fetidez parece no ser lo único insoportable del botadero de basura ubicado en el mercado de Boyacá III en Barcelona. Los hechos violentos que allí se han registrado también mantienen indignados a quienes residen en las adyacencias y laboran en el lugar.
Roxana Martínez vive a pocos metros del vertedero y cuenta que a diario ve hurgar entre la basura a más de 80 personas, la mayoría niños y adolescentes.
“La fetidez invade mi hogar y la triste escena embarga mi corazón. Veo cómo los niños consiguen alimentos entre la basura y, sin tomar ningún tipo de previsiones, se los llevan directamente a la boca”. Una de las que se alimentan de los desperdicios es Flor María Ramos.
Ella cuenta que está desempleada y se ha visto en la necesidad de recoger cualquier cosa que pueda preparar en su hogar.
“Tengo dos pequeños de 8 y 12 años y no tengo cómo darles de comer. Muchas veces vengo al basurero y no encuentro nada. Esos días nos acostamos con el estómago vacío. Lloro cada vez que no tengo nada que ofercerles a mis hijos”.
La mujer de 41 años de edad asegura que ha ido a la Gobernación del estado Anzoáetgui y a la Alcaldía del municipio Bolívar a pedir trabajo “así sea de barrendera”, pero hasta ahora no le han prestado atención.
Preocupación
El lugar también ha servido de “guarida” para los antisociales, quienes supuestamente se esconden entre la basura desde las 5:00 de la tarde hasta las 3:00 de la madrugada.
Allí permanecen al acecho de cualquier persona para atracarla. Hortencia Lugo vive detrás del mercado capitalino y cuenta que hace un mes en el lugar fue violada una pequeña de 9 años.
“La niña, que vive en la zona, fue abordada por uno de los delincuentes, quien la envolvió y le pidió que lo acompañara al basurero a buscar un dinero que había perdido.
Al llegar al sitio la golpeó, la violó y la dejó inconsciente sobre los desperdicios”. La situación preocupa a más de un morador de la zona, quienes consideran que allí deben colocar un puesto de atención médica y una casilla policial.