Desde hace más de 40 años, la entrada del transporte de gandolas se hace en medio de áreas residenciales del oeste de la capital tigrense
El Tigre.- El ruido por el paso de las gandolas cargadas de bobinas de acero, combustibles y alimentos es parte del trajinar diario por la carretera Negra La Flint de El Tigre.
Son más de 40 años que los residentes llevan respirando el monóxido de carbono y sintiendo la vibración en las paredes de las casas.
Ese canal vial está ubicado en la franja oeste de la ciudad y conecta al Llano y el Oriente, con el estado Bolívar. Incluso es el paso hacia la zona fronteriza con Brasil.
Y es que enlaza la carretera nacional El Tigre-Pariaguán y la prolongación de la avenida Jesús Subero. Luego esta conecta con la Troncal 16 (vía El Tigre-Ciudad Bolívar).
En cuatro décadas, ese trayecto carretero de unos cuatro kilómetros sigue siendo casi el mismo. No así sus alrededores, donde se han levantado más de 40 sectores residenciales, comercios, talleres y tarantines.
El investigador José Cheo Salazar comentó que el nombre de carretera Negra lo acuñó la gente en alusión a la empresa petrolera Flint Construcciones, que se instaló en la década de los años 50, cerca de la antigua sede de Fundacar.
En los años 70, en el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez, dejó de ser una trilla para convertirse en el desvío vehicular de carga pesada.
Dijo que la política de industrialización de Guayana aumentó la comunicación terrestre con el resto del país, pero hubo vías que no se adaptaron a esa dinámica.
El ingeniero Tito Mata, exdirector de Planificación Urbana de El Tigre, explicó que el desarrollo vial se estancó y ejemplo de ello fue la carretera Negra La Flint de El Tigre, que se colapsa por los volúmenes de tránsito pesado.
Agregó que los niveles de servicio de ese segmento carretero se interrumpen con calles que dan acceso a sectores populares. Ante esa situación, Mata refirió que es urgente construir una vía que genere facilidades en el desplazamiento vehicular.
El ingeniero recordó que el plan de construcción de la autopista Cantaura-El Tigre incluía una arteria vial para unidades de carga.
Esta pasaría por la parte oeste de la ciudad y conectaría con la vía de Pariaguán hacia Bolívar. “Vemos con tristeza cómo la gestión de Tarek William Saab no le dio continuidad a ese proyecto y prefirió ampliar la vieja vía y aumentó el nivel de servicio por el interior de nuestra ciudad”.
Las familias que habitan en las orillas de ese tramo carretero padecen los trastornos del tráfico pesado.
El ama de casa Luzbelia de Álvarez comentó que en 43 años de vida se ha acostumbrado al paso de las gandolas, pero sí desea que algún día lo desvíen.
Inconvenientes
Orlando Almeida, residente entre la entrada de Hernández Parés y Casco Viejo, dijo que el “temblor” que causan las gandolas ha agrietado las casas.
El presidente de la Cámara de Transporte Vecinal de El Tigre, Alberto Corales, aseveró que la circulación de los carros por puesto se afecta con el paso de las gandolas, no solo por La Flint, sino también por la prolongación Subero (vía Preca).
Recordó que hacia la parte oeste de la ciudad hacen vida unas 11 líneas, entre las que figuran Los Pinitos, El Mechuzo, Alí Primera, Las Villas, José Antonio Páez, Oficina Uno, Oficina Uno 2008.
Corales resaltó que el desvío del tránsito pesado por dentro de la ciudad ocasiona el deterioro más rápido del asfalto de la vía, donde se forman “camellones”.
El alcalde de El Tigre, Jesús Figuera, admitió que el desvío del transporte pesado por dentro de la ciudad está asociado a la ampliación de la autopista Cantaura- El Tigre, sólo que en un momento de “guerra económica” no están pensando en sacar una vía hacia otro lado, sino en resolver el problema de la distribución de productos.
Recalcó que luego replanificarán ese proyecto que redunde en mejoras para la ciudad y el tránsito de vehículos.
1.9 kilómetros
es la extensión de la prolongación de la avenida Jesús Subero. Esta se ubica desde el final de la carretera Negra La Flint hasta la intersección entre la avenida Rotaria y la entrada de la vía nacional El Tigre-Bolívar.
Trastornos
Las protestas que realizan las comunidades aledañas a la carretera Negra La Flint y la prolongación de la avenida Jesús Subero impiden el paso de las gandolas. En los momentos en que se registran esas manifestaciones, ambas vías colapsan por las enormes colas. Algunos choferes se meten por el centro de la ciudad y también generan caos.